Cuéntame, Musa, la historia del hombre de muchos senderos, que anduvo errante mucho después de Troya sagrada asolar; vió muchas ciudades de hombres y conoció su talante, y dolores sufrió sin cuento en el mar tratando de asegurar la vida y el retorno de sus compañeros. Mas no consiguió salvarlos, con mucho quererlo, pues de su propia insensatez sucumbieron víctimas, ¡locas! de Hiperión Helios las vacas comieron, y en tal punto acabó para ellos el día del retorno. Diosa, hija de Zeus, también a nosotros, cuéntanos algún pasaje de estos sucesos.Quizá su mayor virtud es el sentimiento global que guardo de ella, envolvente, misterioso e inquietante, emociones que no me dieron otras series. Lo que recuerdo con mayor nitidez es aquella sala en la que la tripulación estaba flotando inconsciente, y el poder de los dioses del Olimpo, que hacían sentir que la esperanza de salvación era mínima, un pequeño punto de luz en medio del vacío y la oscuridad.




