Sin embargo, hoy escuché una canción que curiosamente me hizo sentir la misma emoción con la que escribí Este circo es un desastre. Hacía muchos años que no me acordaba de ella, pero ahí estaba Había una vez un circo, y la asociación fue inmediata. Las influencias de la infancia pueden resultar difusas al cabo del tiempo, pero nos acompañan durante toda la vida... Sonreí...
A pesar de que los artistas de Este circo es un desastre se encuentran en situaciones tan disparatadas como sus propias personalidades, «sin temer jamás al frío o al calor, el circo daba siempre su función» y finalmente lograron ser «felices al conseguir a un niño hacer reír»...