Actualmente, quizá el más extendido es el pdf para leer en la pantalla del ordenador. Sin embargo, si uno se pregunta —y pregunta a los demás— cuántos libros ha leído en este formato y de esta manera, la respuesta no suele arrojar una cifra que haga pensar que el futuro del libro digital vaya a ir por este cauce. Quizá sea a la larga un buen método para una consulta concreta online, pero por lo que de momento parece, no tiene muchas trazas de implantarse como medio de lectura alternativo al del papel.
Pienso que son varios los factores que juegan en contra de este sistema, siendo quizá los más importantes el cansancio que provoca en la vista, y especialmente, la falta de comodidad y movilidad del soporte; la lectura de este modo nos obliga a estar sentados frente a la pantalla del ordenador y, aunque se tenga portatil, sigue siendo aparatoso leer en muchas situaciones y lugares en las que difícilmente podría sustituir a las ventajas de un libro convencional.
Sin embargo, unos dispositivos dan solución a estos problemas, y son los lectores de libros digitales, como el Kindle que Amazon utiliza para comercializar sus e-books. A mi parecer, el futuro del libro digital está en este soporte precisamente porque conserva todas las ventajas de un libro de papel: siendo prácticos, es cómodo para leer en la cama y dejarlo en la mesilla antes de acostarnos, se puede llevar sin que suponga una carga añadida en viajes cortos —bus, metro, cercanías— y no debemos adoptar ninguna postura «especial» para estar frente a la pantalla. En mi opinión, creo que será este dispositivo el que terminará por implantarse.
Como dato curioso relacionado con la literatura digital, hace dos semanas leí en El País que Google se va a convertir en editor. Sin duda, estamos en los albores de la competencia por el mercado del libro digital, pero que ha comenzado es un hecho.